jueves, agosto 04, 2011

Los filólogos, esos curiosos animales

« Ninguna clase de animales tan interesantes como los filólogos. Ninguna tampoco tan respetable y tan digna de encomio. ¡Si parecen hombres! Hablan, raciocinan y se manifiestan de la misma manera de los hombres. Hasta suelen tener pensamientos y opiniones. Lo que no conocen nunca es la sonrisa. Todo en ellos es serio, mesurado y solemne como en los asnos. En todo lo demás, no se distinguen en nada de los hombres. »

Estas palabras, que me han llamado la atención dada mi formación y mi oficio, son del poeta peruano Alberto Guillén (1897-1935) en su colección de "malévolas" semblanzas de escritores famosos del momento publicadas en 1921 con el título “La linterna de Diógenes”. En esta obra A. Guillén no deja títere con cabeza: Azorín, Pío Baroja, Juan Ramón Jiménez, Ortega y Gasset, etc. Todos caen bajo su agudo bisturí. Este A. Guillén me recuerda por momentos al televisivo "Dr. House".