Es una tarde calurosa de la primavera andaluza. La madre conduce y la niña, en el asiento trasero, parece dormitar. Vuelven de hacer unas compras. En el casette del coche suenan canciones infantiles, triviales y simples. De repente la niña interpela a su madre con una aparente urgencia, como si una idea hubiera saltado a su cabeza y no pudiera contenerla ahí por más tiempo:
- Mamá, después de la Tierra está el espacio pero ¿qué hay después del espacio?
- ¿cómo? - contesta la madre sorprendida y saliendo súbitamente del semi-letargo de esa tarde de calor y calima.
- Sí, que qué hay después del espacio.
- Pues... -una se queda sin palabras ante una cuestión tan trascendente brotando de la boca de una niña de 5 años, y al fin suelta como una estúpida- estrellitas, planetas...
- ¡Mamá! - exclama la niña ofendida por la tomadura de pelo- ¡eso es el espacio! yo digo que qué hay después de eso, de las estrellas y los planetas.
- Pues... nada hija, el universo es infinito
- ¿infinito? y ¿eso qué es?
- pues que no tiene fin, que no se acaba nunca.
- ¿cómo que no tiene fin? ¿cómo no se va a acabar?
- Bueno, Beatriz!!! eso lo hablaremos cuando seas mayor porque ni yo misma lo entiendo.
Afortunadamente en ese instante el coche se detiene. Han llegado a su destino. Otro tema ocupa la joven mente y, por el momento, parece olvidarse de la infinitud del universo, pero la madre ya no puede alejar la cuestión de su cabeza...
¿Qué hay después del universo? ¿Cómo que no tiene fin? ¿cómo puede algo no tener fin?
(Ana M.R. - Granada - Junio 2006)
Public Service Broadcasting - Go
Hace 2 años
2 comentarios:
La inquietud de Beatriz no tiene más respuesta que quizás esta del diálogo de Stephen W. Hawking...
“Lo que nos ha contado usted no son más que tonterías. El mundo es en realidad una plataforma plana sustentada por el caparazón de una tortuga gigante”. El científico sonrió ampliamente antes de replicarle, “¿y en qué se apoya la tortuga?”. “Usted es muy inteligente, joven, muy inteligente –dijo la señora-. ¡Pero hay infinitas tortugas una debajo de otra!”.
Ayer leí en el periódico que un grupo de investigadores había descubierto pruebas que corroboraban la existencia de la materia oscura en el Universo. Una materia que no puede verse pero que existe y que ocupa el 25% (¡!) del Universo.
¿No somos acaso todos aún niños preguntándonos acerca de la infinitud del Universo?
De todos modos es hermoso ver, la capacidad de transcender a la evidencia con la que nos sorprenden esos locos bajitos.
Publicar un comentario