Esta tarde llegó el otoño. Como no se me ocurre otro mejor modo para darle la bienvenida a esta estación del fruto y la cosecha, dejo caer aquí estos haikus y esparzo sus versos como doradas hojas secas.
Nace el otoño.
Se deslizan las nubes
y se ve el viento.
Miura Chora (1729-1781)
Tarde de otoño:
“¿No es hora ya”, pregunta ella,
“de encerder el fanal?”
Ochi Etsujin (1656-1702)
Abriendo los picos,
los pajaritos esperan a su madre:
la lluvia del otoño
Kobayashi Issa (1763-1827)
Viento otoñal;
¡cuántos montes, cuántos ríos,
en lo más íntimo de mí!
Takama Kyoshi (1874-1959)
Ya revela su cara oculta,
ya la otra; así cae
una hoja de otoño.
Daigu Ryôkan (1758-1831)
Qué distinto el otoño
para mí que voy
para ti que quedas
Masaoka Shiki (1867-1902)
Se deslizan las nubes
y se ve el viento.
Miura Chora (1729-1781)
Tarde de otoño:
“¿No es hora ya”, pregunta ella,
“de encerder el fanal?”
Ochi Etsujin (1656-1702)
Abriendo los picos,
los pajaritos esperan a su madre:
la lluvia del otoño
Kobayashi Issa (1763-1827)
Viento otoñal;
¡cuántos montes, cuántos ríos,
en lo más íntimo de mí!
Takama Kyoshi (1874-1959)
Ya revela su cara oculta,
ya la otra; así cae
una hoja de otoño.
Daigu Ryôkan (1758-1831)
Qué distinto el otoño
para mí que voy
para ti que quedas
Masaoka Shiki (1867-1902)
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