Llevo varios días con ganas de comentar algo aquí, pero cuando no es por una cosa (exámenes), es por otra cosa (exámenes). Pero de hoy no pasa porque, si sigo pasando, se me va a pasar el mes (perdonadme tanto 'pasaje'). A mí el fútbol ni fú ni fá (es más creo que ni lo pronuncio bien, se me resiste esa 't' tan rara ahí en medio), pero una se acostumbra a todo en esta vida y ya sé que, cuando entro en una sala de clase, lo primero que me van a preguntar es ¿de qué cuadro sos, profe?, yo, al principio, decía: no, no soy de ninguno, no me gusta el fútbol, nadie me creía, claro, y seguían insistiendo durante todo el curso. Hasta que me aconsejaron que dijera cualquiera y que ese cualquiera, a ser posible, fuera el Estudiantes, porque, si el que me aconsejó tuviera que elegir uno, elegiría ése (además de que las chiquitajas no me perdonarían que fuera de otro). Así que ahora, cuando me preguntan por el cuadro al que pertenezco (y rehuyendo siempre la vena que me sale de decir que pertenezco al cuadro de la Rebelión de los Mamelucos, sobre todo porque nadie me entendería por estos lares), digo que pertenezco al Almería, en primer lugar (aunque no tengo ni remotamente idea de cómo será hoy por hoy el Almería) y luego al Estudiantes. Así que ahora soy hincha de dos equipos. Y voy a lo que iba.
En España el fútbol es casi el deporte nacional. Yo creía que los españoles eran fanáticos, que era demasiado y nooooooooooo, de ninguna manera. Aquí, sí que sí. Lo primero es el fútbol, lo segundo es el fútbol, lo tercero es el fútbol y, después, si hay suerte, puede ser que otras cosas. No es un simple mito eso de que aquí el fútbol no es el deporte rey (eso sería una atrocidad, dado la condición política del país), sino que es el deporte dios (si hasta dicen que la mano de Dios les ayudó contra los ingleses en el 86). Y eso en estado natural. Imaginaos ahora, con los Mundiales. No se habla de otra cosa (hasta yo hablo de él). Los canales donde no se retransmiten los partidos no los ven ni sus propios trabajadores y si sales a la hora del partido a la calle, puedes cruzar la ciudad de punta a punta en 10 minutos (cuando en otro horario, no se hace en menos de 30 minutos, esto comprobado con reloj en mano). Los niños no van al colegio cuando juega la selección (con permiso del mismísimo Ministerio de Educación) y si van, verán el partido en el cole (también con permiso del Ministerio de Educación). A los profesores nos han dado unos folletos informativos y orientativos para que lo que enseñemos estas semanas tenga tufo futbolístico. No es necesario que os diga que no le he hecho mucho caso a los folletos, aunque para no ser menos hemos leído Memorias de un wing derecho de Fontanarrosa.
En esta semana, más de uno, me ha comentado el resultado de España-Suiza como si me hablara del fallecimiento de algún familiar (y hablando de fallecimientos, hoy en todos los canales se ha vuelto a comentar como ciento y una vez los últimos resultados mundialistas, pero sólo en uno, como de pasada han comentado que ha muerto mi admiradísimo Saramago). Creen, además, que si no lloro es por puro formalismo. Hoy uno de los chicos, al modo de Gila y el sé quién ha matado a alguien, le decía a otro, ¿quién era quien jugaba con Suiza el otro día? ¿Con quién fue con quién ganó?, hasta que le he dicho, Mira, M., si lo que quieres es que comentemos el partido de España con Suiza, lo hacemos, pero cuidado, porque España es el primer partido que juega, todavía hay tiempo y voy a poner toda mi buena onda para que mis influencias magnéticas lleguen hasta Sudáfrica y el próximo partido (que ni sabía cuál sería) gane por goleada. Luego me han dicho que juega con Honduras y yo, como alguien muy sabiamente me dijo el otro día, les he recordado que no había enemigo pequeño, aunque sean bajos de estatura.
Conclusión final, he acabado hablando de fútbol, a pesar de que todavía me cuesta distinguir los fuera de juego.
¡¡¡Qué cosas hace el Mundial!!!
(Por cierto, espero que Quino me perdone por el montaje de Mafalda sobre la pelota)
En esta semana, más de uno, me ha comentado el resultado de España-Suiza como si me hablara del fallecimiento de algún familiar (y hablando de fallecimientos, hoy en todos los canales se ha vuelto a comentar como ciento y una vez los últimos resultados mundialistas, pero sólo en uno, como de pasada han comentado que ha muerto mi admiradísimo Saramago). Creen, además, que si no lloro es por puro formalismo. Hoy uno de los chicos, al modo de Gila y el sé quién ha matado a alguien, le decía a otro, ¿quién era quien jugaba con Suiza el otro día? ¿Con quién fue con quién ganó?, hasta que le he dicho, Mira, M., si lo que quieres es que comentemos el partido de España con Suiza, lo hacemos, pero cuidado, porque España es el primer partido que juega, todavía hay tiempo y voy a poner toda mi buena onda para que mis influencias magnéticas lleguen hasta Sudáfrica y el próximo partido (que ni sabía cuál sería) gane por goleada. Luego me han dicho que juega con Honduras y yo, como alguien muy sabiamente me dijo el otro día, les he recordado que no había enemigo pequeño, aunque sean bajos de estatura.
Conclusión final, he acabado hablando de fútbol, a pesar de que todavía me cuesta distinguir los fuera de juego.
¡¡¡Qué cosas hace el Mundial!!!
(Por cierto, espero que Quino me perdone por el montaje de Mafalda sobre la pelota)
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