No sabía yo que EE.UU junto a la democracia les había exportado a los iraquíes en un sólo paquete (como un "pack promocional") la pena de muerte legalmente impuesta.
A estas alturas sabemos perfectamente que Sadam Hussein ha sido un criminal dictador. Esa no es la cuestión. La cuestión es que a diario hoy por hoy, después de tres años de ocupación del país, numerosos inocentes siguen muriendo indiscriminadamente en las calles de Irak, que la situación del país no sólo no se ha apaciguado con respecto al periodo precedente a la invasión sino que cada día es más caótica y violenta.
En este contexto es difícil comprender cómo además un tribunal legalmente instituido decide, con toda frialdad, sobre la muerte y la vida de las personas, ya sean estas a su vez criminales declarados.
Les declaramos la guerra, los invadimos y derrocamos el poder establecido, con la escusa de llevarles la democracia, la civilización, los grandes valores de occidente, y, a continuación, les damos carta blanca (o incluso les instigamos) para que sigan poniendo en práctica la ley del taliot.
Sin mencionar, la vergonzosa coincidencia de esta sentencia con las elecciones en EEUU y los posibles efectos positivos de una medida como esta en los resultados del partido republicano de G. Bush.
Quizá peque de utópica, pero, a mi entender, el concepto de "democracia" es absolutamente incompatible con el hecho de que nadie, ya sea un individuo o alguno de los poderes públicos, pueda decidir sobre la vida de su prójimo.
(Ana M.R.)
Maximo, "El País" 07/11/2006
1 comentario:
"dejemos a los asesinos el monopolio del crimen", bueno, eso es lo que sucede en este caso, los asesinos siguen siendo los mismos, que no te engañe el que el asesino ahora sea un gobierno (el de eeuu), supuestamente civilizado, sigue siendo un asesino.
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